La Neurociencia de la equitación
Janet L. Jones, PhD
Traducción Guiomar Manso de Zuñiga
Primera edición en inglés 2020 by Janet
Jones
2021 Edición española Ediciones Tutor, S.
A.
Título original: Horse
Brain, Human Brain. The Neuroscience of Horsemanship.
ISBN 978-84-18655-04-3
Hoy les
quiero comentar un libro muy útil para entender a los caballos. Cómo siempre mi
humilde intención es compartir con los lectores del blog las impresiones que me
deja una lectura, cuando creo que puede ser útil para alguno de ustedes.
Y este es
el caso, la autora está más que calificada para hablar de neurociencias, se
doctoró (PhD) en la UCLA, Universidad de California - Los Ángeles, en ciencia
cognitiva con un estudio original sobre la capacidad del cerebro humano para
resolver la ambigüedad del lenguaje. Enseñó neurociencia de la percepción, el
lenguaje, la memoria y el pensamiento a alumnos universitarios durante 23 años.
A pesar de
estos robustos antecedentes les diré que recorriendo las páginas de su libro se
encuentra antes que la neurocientífica a una mujer de a caballo. Es que eso es
lo que ella es. Se crío en un rancho y montó a caballo desde la infancia, ha
domado muchos caballos y practicó distintas disciplinas ecuestres incluida su participación
en el programa olímpico de salto de los Estados Unidos a los 17 años.
En
realidad, su interés en las neurociencias también surgió de los caballos. Ella
misma nos lo cuenta en las primeras páginas del libro. Tuvo un accidente con un
caballo que le significó un fuerte golpe en la cabeza y le produjo brotes de
amnesia transitoria durante un par de años. Comprender esa situación la llevó a
interesarse por el funcionamiento del cerebro; como ella misma nos cuenta,
entre monta y monta empezó a leer sobre neurociencia y termino obteniendo un
PhD en ciencia cognitiva.
Su libro
transpira esa experiencia de amazona. Con un sólido conocimiento de la
neurociencia y de las diferencias entre el cerebro del caballo y del humano,
las trasmite desde la experiencia del que las ha vivido desde arriba del
caballo. Una de sus primeras recomendaciones es “Trabajar con el cerebro del
caballo y no contra él.”
Para el que
busca una descripción ordenada de las características del cerebro de los
mamíferos superiores quizá haya libros que cumplan mejor ese objetivo, pero si
lo que quiere el lector es aprender como la neurociencia lo puede ayudar a
mejorar su trato con los caballos, este es el indicado.
Todo el libro está ilustrado con esquemas y dibujos aclaratorios
Está lleno de anécdotas y referencias a casos prácticos donde tener en cuenta
las enseñanzas de las neurociencias y las diferencias entre el cerebro humano y
el cerebro equino.
Janet misma
nos dice en el primer capítulo: “A lo largo de este libro encontraras conceptos
de neurociencia aplicados a la cuadra. Quiero que montes con el cerebro en la
vida real, no sólo que reflexiones sobre una teoría preciosa desde tu sillón de
lectura. Cada capítulo incluye historias verídicas sobre caballos reales con
los que he trabajado, historias que ilustran mis éxitos y mis fracasos a la
hora de tratar de comprender la mente equina.”
Lo que más
me atrajo del punto de vista de la autora, es que da igual importancia a las
características del cerebro del caballo como las del humano, lo cual ya aparece
en el título, y en definitiva nos está explicando las bases científicas del
vínculo. En este caso, un vínculo entre especies distintas. Y nos plantea que
el vínculo entre el humano y el caballo es más estrecho que con cualquier otra
especie animal, incluidos los perros.
“Porque
además de la voz, los gestos y el lenguaje corporal que empleamos con los
perros, nuestros cuerpos están en frecuente contacto con nuestros caballos.
Cada parte transmite y recibe información a través de la piel, los músculos y
tendones, la distribución del peso y el equilibrio. Este contacto activa ese
baile entre las neuronas equinas y humanas que mencioné hace unos instantes”.
En resumen,
ella define su propuesta como una equitación basada en el cerebro. Con ella,
nos dice “tenemos acceso al inmenso privilegio de colaborar con un individuo de
otra especie, de moldear su mente y permitir que él moldee la nuestra”. Para
eso es necesario “trabajar con los principios de los cerebros humano y equino y
en lugar de contra ellos”.
El libro
está organizado en cinco partes. La primera, que es la más corta pero no la
menos importante se dedica a describir ambos cerebros, y la evolución
divergente de los mismos a partir de las diferentes presiones evolutivas que
sufrieron. Ya aquí, está lejos de ser simplemente descriptivo, sino que pone el
énfasis en la interacción entre los mismos. Y en los cambios mutuos que se
producen en el trato diario. Nos recuerda que las conexiones neurales se forman
durante toda la vida a partir de las experiencias diarias y nos pide que
reflexionemos sobre la inmensidad de ese poder. “Estás moldeando el cerebro
físico de tu caballo y él está moldeando el tuyo, Esa es una habilidad
extraordinaria, casi sobrenatural. Valórala y cuídala”.
La segunda
parte habla de la percepción del mundo. En ella se describen las
características de los sentidos del caballo, vista, oído, olfato gusto y tacto,
explicando las principales diferencias con el desarrollo de los mismos en el
humano.
Luego de
eso, en los últimos capítulos de esta parte ingresa en la descripción de la
propiocepción, (conciencia del propio cuerpo).
Esta es la
parte del libro que a mí me pareció destacada (lo cual no quiere decir que lo
sea para todos). En especial por la importancia que le da para explicar el
desarrollo de la habilidad como jinetes.
“Todos los
deportistas tienen que controlar la contracción muscular, pero nosotros tenemos
que contraer los músculos al mismo tiempo que los mantenemos relajados, casi el
oxímoron perfecto.”
“Los
nervios propioceptivos de todos los deportistas trabajan duro, pero los de los
jinetes realmente sudan la gota gorda”
Para los
ansiosos, lean los capítulos 8 y 9 donde está explicada la propiocepción,
descriptos algunos métodos para mejorarla y explicada la manera en que permite
desarrollar el tacto ecuestre.
“Todos los deportistas tienen que controlar la contracción muscular, pero nosotros tenemos que contraer los músculos al mismo tiempo que los mantenemos relajados, casi el oxímoron perfecto.”
La tercera
parte desarrolla el tema del aprendizaje, explica como aprenden los caballos y
entra en interesantes desarrollos sobre la utilidad de los distintos métodos de
enseñanza.
Entre ellos
explica las ventajas del refuerzo positivo sobre el negativo, a pesar de que en
la mayoría de los casos los jinetes y entrenadores se apoyan en el segundo.
De nuevo,
no es una descripción académica de pedagogía equina, sino una forma de darnos
elementos para comprender el funcionamiento profundo de los métodos de enseñanza
en el caballo y así tengamos herramientas para enseñarles mejor.
La cuarta
parte se centra en la atención, la emoción y la capacidad o no, de planificar
de los caballos, todo lo cual nos da elementos para entenderlos mejor y en
consecuencia tratarlos mejor.
La última
parte es una especie de síntesis, cuyo título es un avance de su intención.
“La buena
equitación es más que conocimientos”. En ella la autora resume su conocimiento
y experiencia como neuróloga y como amazona.
Como
siempre, les recuerdo que no soy un eximio jinete ni un crítico literario, sino
simplemente un amante de los caballos y de la lectura, intento compartir con
ustedes las impresiones que me quedan luego de recorrer un libro sobre
caballos.
En este
caso, Janet tiene tanto pergaminos como neurocientífica que, como amazona, por
lo cual nos ofrece una síntesis que es difícil de encontrar.
Decididamente
creo que es un libro para amantes de los caballos, tanto para principiantes
como para jinetes avanzados. Seguramente todos encontrarán en él conceptos y
vivencias que les permitirán aprender, y, además, y no menos importante,
disfrutar de un tiempo dedicado a leer sobre caballos.