lunes, 6 de noviembre de 2023

CEREBRO EQUINO CEREBRO HUMANO

La Neurociencia de la equitación

Janet L. Jones, PhD
Traducción Guiomar Manso de Zuñiga
Primera edición en inglés 2020 by Janet Jones
2021 Edición española Ediciones Tutor, S. A.
Título original: Horse Brain, Human Brain. The Neuroscience of Horsemanship.
ISBN 978-84-18655-04-3

 




Hoy les quiero comentar un libro muy útil para entender a los caballos. Cómo siempre mi humilde intención es compartir con los lectores del blog las impresiones que me deja una lectura, cuando creo que puede ser útil para alguno de ustedes.

Y este es el caso, la autora está más que calificada para hablar de neurociencias, se doctoró (PhD) en la UCLA, Universidad de California - Los Ángeles, en ciencia cognitiva con un estudio original sobre la capacidad del cerebro humano para resolver la ambigüedad del lenguaje. Enseñó neurociencia de la percepción, el lenguaje, la memoria y el pensamiento a alumnos universitarios durante 23 años.

A pesar de estos robustos antecedentes les diré que recorriendo las páginas de su libro se encuentra antes que la neurocientífica a una mujer de a caballo. Es que eso es lo que ella es. Se crío en un rancho y montó a caballo desde la infancia, ha domado muchos caballos y practicó distintas disciplinas ecuestres incluida su participación en el programa olímpico de salto de los Estados Unidos a los 17 años.

En realidad, su interés en las neurociencias también surgió de los caballos. Ella misma nos lo cuenta en las primeras páginas del libro. Tuvo un accidente con un caballo que le significó un fuerte golpe en la cabeza y le produjo brotes de amnesia transitoria durante un par de años. Comprender esa situación la llevó a interesarse por el funcionamiento del cerebro; como ella misma nos cuenta, entre monta y monta empezó a leer sobre neurociencia y termino obteniendo un PhD en ciencia cognitiva.

Su libro transpira esa experiencia de amazona. Con un sólido conocimiento de la neurociencia y de las diferencias entre el cerebro del caballo y del humano, las trasmite desde la experiencia del que las ha vivido desde arriba del caballo. Una de sus primeras recomendaciones es “Trabajar con el cerebro del caballo y no contra él.”

Para el que busca una descripción ordenada de las características del cerebro de los mamíferos superiores quizá haya libros que cumplan mejor ese objetivo, pero si lo que quiere el lector es aprender como la neurociencia lo puede ayudar a mejorar su trato con los caballos, este es el indicado.

Todo el libro está ilustrado con esquemas y dibujos aclaratorios


Está lleno de anécdotas y referencias a casos prácticos donde tener en cuenta las enseñanzas de las neurociencias y las diferencias entre el cerebro humano y el cerebro equino.

Janet misma nos dice en el primer capítulo: “A lo largo de este libro encontraras conceptos de neurociencia aplicados a la cuadra. Quiero que montes con el cerebro en la vida real, no sólo que reflexiones sobre una teoría preciosa desde tu sillón de lectura. Cada capítulo incluye historias verídicas sobre caballos reales con los que he trabajado, historias que ilustran mis éxitos y mis fracasos a la hora de tratar de comprender la mente equina.”

Lo que más me atrajo del punto de vista de la autora, es que da igual importancia a las características del cerebro del caballo como las del humano, lo cual ya aparece en el título, y en definitiva nos está explicando las bases científicas del vínculo. En este caso, un vínculo entre especies distintas. Y nos plantea que el vínculo entre el humano y el caballo es más estrecho que con cualquier otra especie animal, incluidos los perros.

“Porque además de la voz, los gestos y el lenguaje corporal que empleamos con los perros, nuestros cuerpos están en frecuente contacto con nuestros caballos. Cada parte transmite y recibe información a través de la piel, los músculos y tendones, la distribución del peso y el equilibrio. Este contacto activa ese baile entre las neuronas equinas y humanas que mencioné hace unos instantes”.

En resumen, ella define su propuesta como una equitación basada en el cerebro. Con ella, nos dice “tenemos acceso al inmenso privilegio de colaborar con un individuo de otra especie, de moldear su mente y permitir que él moldee la nuestra”. Para eso es necesario “trabajar con los principios de los cerebros humano y equino y en lugar de contra ellos”.

El libro está organizado en cinco partes. La primera, que es la más corta pero no la menos importante se dedica a describir ambos cerebros, y la evolución divergente de los mismos a partir de las diferentes presiones evolutivas que sufrieron. Ya aquí, está lejos de ser simplemente descriptivo, sino que pone el énfasis en la interacción entre los mismos. Y en los cambios mutuos que se producen en el trato diario. Nos recuerda que las conexiones neurales se forman durante toda la vida a partir de las experiencias diarias y nos pide que reflexionemos sobre la inmensidad de ese poder. “Estás moldeando el cerebro físico de tu caballo y él está moldeando el tuyo, Esa es una habilidad extraordinaria, casi sobrenatural. Valórala y cuídala”.

La segunda parte habla de la percepción del mundo. En ella se describen las características de los sentidos del caballo, vista, oído, olfato gusto y tacto, explicando las principales diferencias con el desarrollo de los mismos en el humano.

Luego de eso, en los últimos capítulos de esta parte ingresa en la descripción de la propiocepción, (conciencia del propio cuerpo).

Esta es la parte del libro que a mí me pareció destacada (lo cual no quiere decir que lo sea para todos). En especial por la importancia que le da para explicar el desarrollo de la habilidad como jinetes.

“Todos los deportistas tienen que controlar la contracción muscular, pero nosotros tenemos que contraer los músculos al mismo tiempo que los mantenemos relajados, casi el oxímoron perfecto.”

“Los nervios propioceptivos de todos los deportistas trabajan duro, pero los de los jinetes realmente sudan la gota gorda”

Para los ansiosos, lean los capítulos 8 y 9 donde está explicada la propiocepción, descriptos algunos métodos para mejorarla y explicada la manera en que permite desarrollar el tacto ecuestre.

“Todos los deportistas tienen que controlar la contracción muscular, pero nosotros tenemos que contraer los músculos al mismo tiempo que los mantenemos relajados, casi el oxímoron perfecto.”


La tercera parte desarrolla el tema del aprendizaje, explica como aprenden los caballos y entra en interesantes desarrollos sobre la utilidad de los distintos métodos de enseñanza.

Entre ellos explica las ventajas del refuerzo positivo sobre el negativo, a pesar de que en la mayoría de los casos los jinetes y entrenadores se apoyan en el segundo.

De nuevo, no es una descripción académica de pedagogía equina, sino una forma de darnos elementos para comprender el funcionamiento profundo de los métodos de enseñanza en el caballo y así tengamos herramientas para enseñarles mejor.

La cuarta parte se centra en la atención, la emoción y la capacidad o no, de planificar de los caballos, todo lo cual nos da elementos para entenderlos mejor y en consecuencia tratarlos mejor.

La última parte es una especie de síntesis, cuyo título es un avance de su intención.

“La buena equitación es más que conocimientos”. En ella la autora resume su conocimiento y experiencia como neuróloga y como amazona.

Como siempre, les recuerdo que no soy un eximio jinete ni un crítico literario, sino simplemente un amante de los caballos y de la lectura, intento compartir con ustedes las impresiones que me quedan luego de recorrer un libro sobre caballos.

En este caso, Janet tiene tanto pergaminos como neurocientífica que, como amazona, por lo cual nos ofrece una síntesis que es difícil de encontrar.

Decididamente creo que es un libro para amantes de los caballos, tanto para principiantes como para jinetes avanzados. Seguramente todos encontrarán en él conceptos y vivencias que les permitirán aprender, y, además, y no menos importante, disfrutar de un tiempo dedicado a leer sobre caballos.

 

 

 

 

lunes, 17 de julio de 2023

LA SONRISA DEL CABALLO

 DETECCIÓN DE EXPRESIONES FACIALES POSITIVAS EN CABALLOS

 

Lina Cavaller de Ros
 Tesis de Bachillerato
Diciembre 2020
2do de Bachillerato
Escola Sant Gregori
Tutor Xavier Ibañez

Hoy no comentamos un libro, sino una tesis de bachillerato. Realmente me llamó la atención por la seriedad del trabajo realizado, pero sobre todo por el enfoque.

Empezando por el título, que tiene un tinte poético, pero además nos plantea una manera diferente de relacionarnos con los caballos.

Sobre las expresiones faciales de los caballos hay mucho escrito y estudiado, y también preocupación de los aficionados a la equitación para entenderlas. Pero siempre el énfasis está puesto en las expresiones aversivas. Orejas gachas, labios tensos, ojos a los que se les ve el blanco, etc., etc. El foco está puesto en prevenir, a partir de la expresión facial, reacciones indeseadas del caballo.

Estudiar las expresiones faciales positivas nos pone en el camino de privilegiar el bienestar del caballo cuando interactúa con nosotros, y no prevenir patadas, mordiscos o corcovos.

El mensaje subyacente es: busquemos conseguir que el caballo disfrute su trabajo con nosotros en lugar de estar atento a que su malestar sea tanto que termina en reacciones que pueden ser peligrosas.

La autora terminó su bachillerato en 2020. En España es la última parte de la secundaria, los últimos dos años de un ciclo de seis. Evidentemente ya dominada por el virus de la afición a los caballos eligió este tema de tesis. Desconozco cuál es el nivel habitual de las tesis de grado en España, pero puedo asegurar que está es muy buena, tanto por el nivel académico como por el trabajo de campo que implicó su realización.

Esta foto ilustra la portada de la tesis. Nos muestra a Lina en su trabajo de campo

Actualmente Lina estudia pedagogía en la Universidad de Barcelona y es Técnica Deportiva de Equitación. Cuando le pedí que me haga llegar una pequeña semblanza de su actividad actual, esto es lo que me dijo:

 “Soy técnica deportiva de hípica y estudiante de Pedagogía mi objetivo es unir las ciencias de la educación con el mundo del caballo para hacer llegar mejor todos los conocimientos y garantizar la calidad de vida de los caballos. A la vez que me formo como amazona de doma clásica y entrenadora, estudio biomecánica y etología equina para entender lo que hago y enseño. Estudiar e investigar sobre las expresiones faciales es la base de todo lo que hago ya que gracias a ello he podido adecuar mi trabajo a lo que cada caballo necesita. Gracias a ello me aseguro de interpretarlos correctamente y escucharlos como se merecen. Por eso nunca dejaré de investigar sobre el bienestar del caballo, sus expresiones y comunicación.”

Los que quieran saber más sobre ella, pueden visitar sitio web:

 

 https://linacavaller.com/

 

En el mismo encontraran el original de la tesis que estamos comentando. Para aquellos que no tengan el tiempo o la motivación para leerla toda; además de contarles mis impresiones hago aquí una pequeña síntesis de lo que se encuentra en la misma.

El objetivo que enuncia Lina en la tesis es el siguiente:

“Este trabajo tiene como objetivo encontrar, determinar y justificar por lo menos una expresión facial que indique un estado emocional positivo en el caballo, de la manera más universal y objetiva posible. Los resultados simplemente denotan que si se observa esa expresión facial en un caballo ese caballo estará experimentando una emoción positiva. Lo cual no significa que no pueda haber otras expresiones faciales positivas puras o mezcladas, que contengan algo positivo.”

Resumiendo, de lo que se trata es de identificar una expresión facial que nos permita saber que ese animal está experimentando una emoción positiva”

Y aquí está, en mi opinión, la esencia de la importancia de este estudio y la manera en que el mismo puede colaborar en modificar la manera en que trabajamos y nos aproximamos a los caballos.

Más allá de la importancia de analizar las expresiones faciales como modo de interpretar los sentimientos; lo que nos está proponiendo es dejar de estar cuidando evitar emociones negativas que conducen a conductas indeseadas y peligrosas para centrarnos en provocar emociones positivas que nos confirmara, entre otras cosas, la expresión facial positiva. La sonrisa del caballo.

Significa un cambio crucial del modo en que trabajamos con caballos: en lugar de estar cuidando que no se incomode o se enoje la propuesta es conseguir que disfrute lo que hacemos juntos.

Después Lina se introduce en la importancia de las expresiones faciales y su estudio como manera de poder vincularse con los demás.

Continúa con un excelente resumen de las investigaciones de Jaak Panksepp (el neurocientífico de las emociones) sobre las emociones básicas de los mamíferos superiores, (entre ellos los caballos) que son las mismas que tenemos los humanos.

Luego se refiere a los aportes de Lucy Rees al conocimiento de la etología equina, el comportamiento de los caballos en su medio natural.

La mayoría de los lectores de este blog me conocen, y por lo tanto saben que Lucy es mi heroína principal en esta aventura de entender a los caballos. Tanto como etóloga como en su papel de domadora. Reúne un profundo conocimiento práctico y teórico para tratar con los caballos.

Por su parte Panksepp es mi referencia principal cuando intento explicar la importancia que tiene en la doma y en la equitación tener en cuenta las emociones del caballo.

Así que entusiasmado por comprobar que compartimos referentes académicos me seguí adentrando en el estudio de Lina.

No me defraudó. Porque a partir de todas estas consideraciones explica la metodología utilizada para llegar al ansiado objetivo de conocer la sonrisa del caballo.


Plantea que en los caballos domésticos las emociones y por lo tanto las expresiones faciales concurrentes pueden estar “contaminadas” por la historia de vida en contacto con los humanos y aparecer mezclas de distintos estados emocionales. Entonces propone encontrar grupos de “caballos salvajes”, en realidad asilvestrados con poca participación del manejo humano. Y observar en ellos aquellas actividades que se sabe por observaciones etológicas anteriores que les provocan placer. Se basa para esto, así como para estructurar la rutina de filmación principalmente en las enseñanzas de Lucy Rees.

Así tenemos una tesista de bachillerato embarcándose en la búsqueda de manadas de caballos salvajes para hacer una observación etológica de los mismos. Esto sólo ya es suficientemente meritorio; pero además la observación, así como su codificación posterior y las conclusiones que de ella se sacan es de un alto rigor académico.

El nivel científico del estudio no lo priva de obtener algunas conclusiones prácticas de utilidad para todos aquellos que estamos involucrados de distintos modos en el contacto con caballos.

Entrenarse en la observación de las expresiones faciales de los caballos no es ni fácil, ni intuitivo. La autora se explaya en esta observación y nos la muestra claramente a través de dos imágenes que muestran expresiones faciales correspondientes a emociones contrapuestas.




Aquí vemos gráficamente que las diferencias son sutiles. Obviamente, y también lo destaca Cavaller, esto debe ser considerado teniendo en cuenta el entorno y la situación que ha provocado la expresión.:

 “Por otro lado se recomienda fijarse en el contexto, en el ambiente, el medio, el agua donde vive el pez, dicho de manera metafórica. Ya que ofrece más herramientas para detectar y comprender lo que el caballo está sintiendo, lo que le ocurre, si le parece agradable o no.”

En el último ítem de la tesis, posterior a las conclusiones Lina vuelve a mostrarnos que su interés en el tema no es sólo académico sino también práctico. Ya que se trata de “Aplicación de los resultados” un aspecto que no siempre es considerado en los trabajos académicos.

Dentro del mismo nos presenta un dibujo realizado por ella y la diseñadora gráfica Prisca de Ros en el que pretende sintetizar, para su uso práctico, como es La Sonrisa del Caballo






También nos agrega en el final del trabajo algunas reflexiones posteriores que vale la pena leer.

Por último en la tesis hay un anexo titulado “Conclusiones EquiFACS” que nos ofrece un informe con muchas fotografías de las principales conclusiones del estudio de las expresiones faciales equinas realizado en la Universidad de Sussex al estilo del FACS (facial action coding system) desarrollado para los humanos. Lina Cavaller ha estudiado en profundida este tema siendo Codificadora certificada de EquiFACS.

No es el objetivo de esta simple crónica transcribir el trabajo realizado en la tesis. A aquellos que estén interesados los remito a la lectura de la misma en directo.

Simplemente, como en todos los artículos de este “Rincón de los libros” intento compartir con los amigos las impresiones producidas por mis lecturas de publicaciones sobre caballos. Sin pretender ni ser un experto en caballos ni un crítico literario.

En este caso creo que vale la pena, que nos ocupemos en buscar “La Sonrisa del Caballo”. Seguramente así nuestro trabajo será más productivo y lo más importante, más placentero para el caballo y el humano.

Hasta la próxima crónica. “Entre amigos con caballos”