viernes, 19 de junio de 2020

El Trabajo a la cuerda


Hola amigos de los caballos, este aislamiento se está haciendo largo; la mayoría no está pudiendo tener contacto con los caballos y los pocos afortunados que sí, están aislados para poder compartir sus experiencias con otros.
Por eso me parece oportuno utilizar este espacio para intercambiar experiencias y reflexiones sobre algunos temas de interés, así como pedirles que los que tengan alguna pregunta, comentario o reflexión sobre estos temas los compartan en este espacio.
El trabajo a la cuerda, si bien cumple muchas funciones útiles, no siempre es recomendable, y tiene varias contraindicaciones. La principal de ellas es que la cuerda se convierte muchas veces en un límite aversivo para el movimiento del caballo y eso lo lleva con frecuencia a moverse tenso e inclinado hacia el lado de la cuerda, esto no se soluciona con el recurso de dar cuerda a ambos lados.
Cómo reemplazamos este ejercicio con ventajas?
Con el trabajo suelto. Si tenemos un corral redondo es ideal, sino cualquier corral aunque sea grande puede servir, y sino podemos marcar un perímetro con varillas de eléctrico y una cinta de las que se usan para indicar peligro en las obras de la calle. Si el caballo disfruta del trabajo y está a gusto con nosotros no necesitaremos un límite demasiado robusto para que lo haga.
El trabajo suelto tiene ventajas para el caballo y para el jinete, en especial nosotros para hacerlo debemos aprender a manejar nuestro lenguaje corporal, para poder indicarle al caballo que avance o que se detenga con las señales de nuestro cuerpo (debemos usar la pelvis) y no dependiendo de la cuerda y el látigo. Los que están trabajando en el proyecto de doma acompañada pueden dar fe de que esto es así.

Sincronía, observen las patas de la yegua y mis piernas.

Justo en el momento de indicar la detención a la yegua.
 (si fuera video en el siguiente cuadro se vería)

Es necesario que consigamos que el caballo se mueva porque aprende a responder a nuestras señales y no porque está huyendo, así aprende él a responder y nosotros a emitir señales suaves para conseguir que avance, que cambie de aire, tanto ascendente como descendente. Paso, trote, galope, trote, paso y alto. Si queremos que el caballo montado responda a señales leves, así deben ser también las señales que le damos desde tierra. Los que quieran ver lindos ejemplos de esto busquen en YouTube videos de Hempfling que lo muestran con claridad.
En este punto recordemos las palabras de Lucy Rees: “Cambiar el paradigma significa cambiar la forma en que se enseña a montar a caballo. La equitación no es una lucha por el control sino una búsqueda de la sincronía” y en otro lugar dice: “Una vez que sabemos cómo invitar a la cohesión y a la sincronía, las cuerdas se vuelven en gran medida innecesarias”.
Cuando el caballo se mueve con soltura y entusiasmo alrededor nuestro entonces podemos incorporar la cuerda. Pero en este momento la cuerda estará siempre floja y la sostendremos con la palma de la mano hacia arriba, creando un contacto sutil con el caballo donde podremos dar indicaciones con señales mínimas que luego repetiremos montados, con la rienda.
Quedan muchísimas cosas para comentar, pero esto ya está demasiado largo para FaceBook aún en tiempos de cuarentena. Los invito a comentar, preguntar y opinar (no necesariamente estando de acuerdo) para enriquecer este espacio virtual que nos permita mantenernos en contacto entre nosotros y, de algún modo, con los caballos en estos tiempos difíciles.
Cariños para todos.